miércoles, 12 de agosto de 2015

VOLVER A ESCRIBIR...


No sé aun, si el sentarme a escribir esto que tienes en frente, es volver a empezar o mas bien,  se le pueda llamar la continuación de un sueño que he venido acariciando desde hace mucho tiempo: sé que soy capaz de expresar mis ideas, pensamientos, sentimientos y recuerdos, no tan solo con la palabra hablada; tengo la gran fortuna de haber hecho a las letras mis amantes, y ellas, con toda la pasión que mi inquietud por transformar los folios vírgenes en memoria escrita, gustosas se prestan a mis devaneos amorosos y así, según se va desarrollando esta hermosa relación entre mis alfabéticas amantes y yo, van surgiendo ideas que se desarrollan, se corrigen, se replantean, hasta que al fin llega la que creemos es esa: la versión definitiva que esperamos  haga reír, llorar, reflexionar y sobre todo, haga nacer en quien nos lee, esa inquietud tan hermosa que Albert Einstein llamaba “la sagrada curiosidad por preguntar”.
Al ponerme de nuevo a escribir esto que hoy leen, crea en mi el propósito que alguien más que yo,  pudiera leerlo también. No es fácil de repente estar frente a una hoja en blanco (aunque sea virtual) a la cual vamos a imprimir nuestros pensamientos, como tampoco es sencillo agarrar una idea y desarrollarla para que los demás puedan pensar que tenemos cosas interesantes que comunicar. No son cosas fáciles porque no todas las personas lo pueden hacer; pero por el contrario, también hay muchas más personas que lo hacen todos los días, unos magníficos escritores que nos expresan cosas con una sorprendente y cálida amenidad que hasta nos causa pesar darnos cuenta que se acabó lo que de ellos estábamos leyendo. A mí me encantaría que quienes me lleguen a leer sientan eso.
Si como comentaba antes, veo a las letras como mis amantes, ahora trato de que la tecnología sea una de mis mejores amigas y haciendo uso de uno de los variados recursos que ella pone a mi disposición, mediante el internet he podido transmitir muchas de mis experiencias, tanto buenas como malas, en forma de pensamientos y reflexiones, que siempre acompaño con hermosas imágenes y con esa música tan cargada de emotividad espiritual que es la que mi alma prefiere, para que así el impacto que pretendo lograr en quien me lee sea tanto visual como auditivo.
Y puedo decir, sin vanagloriarme de ello pero muy orgulloso de hacerlo, que verdaderamente he logrado no solo conmover a quien dirijo mis palabras, sino que, inspirados de algún modo por mi sentir, han comprendido que para cambiar el mundo es preciso primero modificar nuestro propio mundo, del interior hacia afuera, para ser generadores de un cambio que, aunque mínimo en principio, con el paso del tiempo y la voluntad común puedan lograr cosas inimaginables.
En algunos escritos que he transmitido por correo, mis lectores hasta me han dicho que les emocionan mis frases, que les motivan a tener sensaciones que los impulsa a querer ser mejores. Yo mismo quisiera al escribir esto, motivarme a mí mismo para serlo, jajaja. Pero el escribir frases de reflexiones, de estímulos, de superación, como han sido la mayoría de los temas que he desarrollado, no me catalogo como alguien perfecto, de una sapiencia o experiencia sobresalientes. Solamente quiero transmitir lo mejor de mí, compartir las reflexiones y consejos que puedan en base a mis experiencias, servir como referentes y como muestras de lo que a veces pasa en la vida. 
Pero finalmente creo que el objetivo primordial de escribir, no es otro sino comunicarse para poder trascender en los demás a través de los pensamientos escritos que es la única manera en que se puede lograr que estos realmente perduren.

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