VOLVER A ESCRIBIR...
No sé aun, si el sentarme a escribir esto que tienes en frente, es
volver a empezar o mas bien, se le pueda llamar la continuación de un sueño que he
venido acariciando desde hace mucho tiempo: sé que soy capaz de expresar mis
ideas, pensamientos, sentimientos y recuerdos, no tan solo con la palabra
hablada; tengo la gran fortuna de haber hecho a las letras mis amantes, y
ellas, con toda la pasión que mi inquietud por transformar los folios vírgenes
en memoria escrita, gustosas se prestan a mis devaneos amorosos y así, según se va
desarrollando esta hermosa relación entre mis alfabéticas amantes y yo, van surgiendo ideas que se desarrollan, se corrigen, se replantean,
hasta que al fin llega la que creemos es esa: la versión definitiva que
esperamos haga reír, llorar, reflexionar
y sobre todo, haga nacer en quien nos lee, esa inquietud tan hermosa
que Albert Einstein llamaba “la sagrada curiosidad por preguntar”.
Al ponerme de nuevo a escribir esto que hoy leen, crea en mi el propósito que alguien más que yo, pudiera leerlo también. No es fácil de repente estar frente a una hoja en blanco (aunque sea
virtual) a la cual vamos a imprimir nuestros pensamientos, como tampoco es
sencillo agarrar una idea y desarrollarla para que los demás puedan pensar que
tenemos cosas interesantes que comunicar. No son cosas fáciles porque no todas
las personas lo pueden hacer; pero por el contrario, también hay muchas más
personas que lo hacen todos los días, unos magníficos escritores que nos
expresan cosas con una sorprendente y cálida amenidad que hasta nos causa pesar
darnos cuenta que se acabó lo que de ellos estábamos leyendo. A mí me
encantaría que quienes me lleguen a leer sientan eso.
Si como comentaba antes, veo a las letras como mis
amantes, ahora trato de que la tecnología sea una de mis mejores amigas y haciendo uso de uno de
los variados recursos que ella pone a mi disposición, mediante el internet he
podido transmitir muchas de mis experiencias, tanto buenas como malas, en forma
de pensamientos y reflexiones, que siempre acompaño con hermosas imágenes y con
esa música tan cargada de emotividad espiritual que es la que mi alma prefiere,
para que así el impacto que pretendo lograr en quien me lee sea tanto visual
como auditivo.
Y puedo decir, sin vanagloriarme de ello
pero muy orgulloso de hacerlo, que verdaderamente he logrado no solo conmover a
quien dirijo mis palabras, sino que, inspirados de algún modo por mi sentir,
han comprendido que para cambiar el mundo es preciso primero modificar nuestro
propio mundo, del interior hacia afuera, para ser generadores de un cambio que,
aunque mínimo en principio, con el paso del tiempo y la voluntad común puedan lograr cosas inimaginables.
En algunos escritos que he transmitido por correo, mis lectores hasta
me han dicho que les emocionan mis frases, que les motivan a tener sensaciones
que los impulsa a querer ser mejores. Yo mismo quisiera al escribir esto,
motivarme a mí mismo para serlo, jajaja. Pero el escribir frases de reflexiones,
de estímulos, de superación, como han sido la mayoría de los temas que he
desarrollado, no me catalogo como alguien perfecto, de una sapiencia o
experiencia sobresalientes. Solamente quiero transmitir lo mejor de mí,
compartir las reflexiones y consejos que puedan en base a mis experiencias,
servir como referentes y como muestras de lo que a veces pasa en la vida.
Pero finalmente creo
que el objetivo primordial de escribir, no es otro sino comunicarse para poder
trascender en los demás a través de los pensamientos escritos que es la única
manera en
que se puede lograr que estos realmente
perduren.
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